Esta nota salió, primeramente, en La Dosis
Luego de ocho años sin visitar su país, Alejandra Ghersi ofreció el primer concierto como Arca en Caracas, dos horas en las que se paseó por varias experiencias sonoras de vanguardiaque dejaron clara su capacidad para resumir lo multifacética que es y su poder de conexión natural
Arca
Concierto en Concha Acústica de Bello Monte, Caracas
(Marzo 16, 2024)
La sesión de Dj Phran (Francisco Mejía, ex Todosantos, antes Pacheko), a punta de música electrónica bailable y reguetón, terminó para dar paso a una breve pausa. Luego, la bienvenida al evento producido por Cusica la hicieron los presentadores Jasy y Neisser, creadores digitales para la comunidad LGBTIQ+.
El escenario volvió a quedar a oscuras hasta que irrumpieron ráfagas de luces intermitentes y un video proyectado en la gran pantalla central. Entre las imágenes aparecía, de abajo hacia arriba, una figura femenina en blanco y negro que, aun sin mostrar el rostro, impactaba.
Entró al escenario aquella mujer espigada con un vestido corto, entre blanco y crema, ceñido al cuerpo y unos lentes (gafas) transparentes. La euforia del público estalló: ¡Diosa! ¡Bienvenida! ¡Te amo! Y así continuaban las ensordecedoras palabras y frases de afecto.

Foto: Víctor Piamo @piamocam / Cortesía Cúsica

Foto: Víctor Piamo @piamocam / Cortesía Cúsica
Ella seguía allí, con sus labios rojo fuego y sonreída. Acto seguido, se quitó los lentes, agarró el micrófono y entonó: “Yo vide una garza mora dándole combate a un río, así es como se enamora tu corazón con el mío”.
¡Qué manera de comenzar un primer concierto en Venezuela, y de los más esperados: el de Arca, Alejandra Ghersi!
“¡Hola Caracas! ¡Qué emoción estar con ustedes!”, dijo la artista mientras caminaba. Los primeros dos temas fueron experimentales, inmersos en el ambient: “Destrudo- Vocal Intro” y “Xenogenesis”.
Después del clásico “Tonada de luna llena” (de Simón Díaz), continuaron las acariciantes “Piel”, “Reverie”, “Anoche” y “Desafío”, pertenecientes al disco homónimo de 2017.
También interpretó “Calor”, “Time” y “Machote”, de la ecléctica serie Kick.
El viaje sonoro de Arca
La parte inicial fue relajante, expresaba el lado sosegado e íntimo de Arca. “La primera mitad del show eran las canciones así tan delicadas, de muñecas, algo así como guerreras empoderadas”, señaló.
Pasada la calma e introspección, vino la explosión, el lado erótico, salvaje, sensual y festivo con “Prada”, “Rákata”, “Riquiquí” y “Mequetrefe”, entre otras piezas con matices de reguetón, y la neurótica “Incendio”, a la vez que rodaba el video correspondiente al tema.
Se observaba a la diva poseída, percutiendo unas láminas de zinc y un barril de metal en “Xen”.
Era el frenetismo, el goce colectivo, la fiesta dionisíaca que, incluso, se marcaron por el cambio de vestuario. Acá apareció una Arca semidesnuda, con diminutos cueros, flecos, sujetadores y botas altas con gruesos tacones. Toda ataviada de negro.

Foto: Víctor Piamo @piamocam / Cortesía Cúsica

Foto: Víctor Piamo @piamocam / Cortesía Cúsica
De la Arca angelical se pasó a la artista perversa. Con las piernas abiertas, se balanceaba en un columpio BDSM ubicado en una esquina. Se tiraba al suelo, se agachaba en distintas posiciones, se daba nalgadas, bailaba, gritaba, le lanzaba besos y flores al público que no perdía la emoción.
Era la cantante desbordada, liberada, entregada a sus seguidores, a sus fieles “mutantes”, como los llama. Esta segunda parte del concierto, muy excitante, rememoraba a La Lupe.

Foto: Víctor Piamo @piamocam / Cortesía Cúsica
El público seguía coreando y gritando hasta que al unísono se oyó: ¡Madre, madre! “Siempre he querido ser madre. Que me digan eso, para mí, es terapéutico”, confesó la cantante emocionada que no dejaba de agradecer.
En esta segunda parte del show, Arca agarró un cuatro y, mientras afinaba al son de cambur pintón, empezó a tocar. “Con este look se me resbala el cuatro. ¿Cómo hago para tocar con este look? No lo había pensado”, dijo espontáneamente mientras los asistentes se reían.

Foto: Víctor Piamo @piamocam / Cortesía Cúsica
El lado técnico y racional de Arca
La Arca traviesa se convirtió después en un cerebro concentrado en sus sintetizadores y platos. Ya era la tercera faceta de su presentación, esta vez, caracterizada por la razón, su destreza en los equipos y mezclas, por su capacidad de volar a través de intensas capas sonoras, ecos, voces, ruidos, ambientes, entre otros elementos y estilos de la electrónica.

Foto: Víctor Piamo @piamocam / Cortesía Cúsica

Foto: Víctor Piamo @piamocam / Cortesía Cúsica
Esta cara abstracta hacía recordar sus primeros trabajos, EPs y discos, como Mutant, por ejemplo, incluso, al Nuuro disruptivo.
Terminada esta parte, ya Arca concluía con la infaltable “KLK”, grabada con Rosalía. Apenas empezaba la canción, la artista interrumpió para decir: “quería mostrar también mi lado introvertida, porque antes estaba cantando, cantando, pero también yo soy muy nerd. Gracias por aceptar todo de mí”.
Esta expresión se refería a la faceta anterior, la experimental. Y el “aceptar todo de mí” prácticamente resume lo que fue su performance: diversidad. Arca se paseó por las emociones que conectaban con su infancia, sexualidad, locura, desborde, templanza, serenidad, subjetividad, sus raíces, su Caracas entrañable, su inmensa Venezuela.
Simplemente, Arca mostró lo que ella es: una figura que explora sus potencialidades, y hurga en su universo creativo y humano. De ahí la complejidad de su propuesta que, posiblemente, no todo el mundo puede comprender, al menos en el país.
Este encuentro condensó esas distintas narrativas y pasajes que tienen que ver con la vida y las búsquedas de Alejandra Ghersi.
El show en la Concha Acústica finalizó con “Tiro”, pero la fiesta de Arca seguía en un sorpresivo Boiler Room que la artista estrenó en Venezuela, con DJs/productores invitados, entre ellos dos grandes como Phran y Cardopusher -que como ella, viven en Barcelona, España- MPeach, DJ Babatr, Safety Trance (de quien versionó “El alma que te trajo«, avanzado el show) y el veterano del changa tuki DJ Yirvin.
“¡Yo quiero ver a todo el mundo perreando! Que conste, nada más nos quedan cinco minutos. Quiero verlas a todas con su energía y mostrar todo su amor, ¿vale?”, con estas palabras Arca despidió una performance cargada de sentimiento, gratitud y, especialmente, arte.
Mercedes Sanz
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