Su disco debut fue producido por Zanja Records. Lo inesperado es lo que más sobresale en esta combinación entre estilos cubanos y algunas vertientes afroamericanas
Mercedes Sanz
Guajira psicodélica da la bienvenida y anuncia el concepto del disco. Ritmos cubanos ejecutados de la manera más libre posible. Sonidos que van y vienen, reverberaciones, distorsiones, jazz modal, funk, psicodelia y diferentes texturas alzan su vuelo y aterrizan en ese motor que es Havana Negra. El grupo cubano debutó en 2024 con el álbum homónimo producido por Zanja Records, sello liderado por el colombiano Álex González. Cabe destacar que esta misma casa
también presentó el proyecto Zanja All Stars.
Ritmos cubanos, música afroamericana y jazz se van fundiendo para dar paso al azar, al juego, a la improvisación y a toda esa creatividad ilimitada que nace entre estos músicos. Alain Ladrón de Guevara (batería y director musical), Roger Rizo (piano y director musical), Rafael Aldama (bajo), Degnis Bofill (percusión), Roberto Luis Gómez (guitarra, banjo, tres) y Carlos Veitía (trompeta) constituyen Havana Negra.
“Havana Negra no existía. Cuando yo conozco a Álex –González– su idea era hacer un disco de música tradicional, versionando temas de la Fania. Entonces, Havana Negra para nada se asomaba en aquellos tiempos; pero luego, cuando empezamos a hacer sesiones de estudio y a probar cosas, sí surgió la duda de: esto sí se puede hacer, pero aquí puede pasar algo más. Entonces, Álex contacta a Michael –Delanian, productor de Zanja– para el proyecto y empiezan a cambiar las cosas. Michael trae unas maquetas de los temas, nos poníamos a tocar esas
maquetas, a hacerle cosas, lo que veíamos que podíamos aportar, y así fuimos haciendo el trabajo y engranando todo aquello. Fueron varios meses de trabajo que tomó eso, y en esa creación es que sale Havana Negra”, aseguró Ladrón de Guevara en una entrevista exclusiva para este medio.
Lo sorpresivo es la magia
El resultado de esas fuerzas musicales, que son los artistas, es una sonoridad que no buscar imitar ni parecerse a las antiguas descargas cubanas, de los años 50 y 60; ni a Irakere ni a ninguna orquesta en particular. Es jazz afrocubano imprevisto e inasible. Una pieza comienza y luego no se sabe qué pasará, así como el cuento breve cuando es bueno. “Hablando con Michael en el estudio, él nos dijo que fuéramos libres de crear lo que se nos ocurriese, que no tuviéramos tabúes, porque lo que estábamos haciendo era algo que no había pasado, y dejarnos llevar por lo que pasaba y lo que nos conectaba en el estudio”, acotó el músico.
La serpiente y Calle San Miguel After Dark también sobresalen dentro de los caminos arriesgados que la banda tomó. Esto se debe, en parte, a la formación de los integrantes y que provienen de proyectos diferentes. “Además de toda la psicodelia, que a mí me encanta, por cierto; hay espacios, hay ambientes, hay solos, hay energía, como tocábamos todos juntos, se podía crear cosas increíbles que sólo pasaba cuando tocábamos juntos. Entonces, la base es la música cubana, pero con una mezcla de detalles que hacen que suene así”, refirió Ladrón.
Hasta ahora, Havana Negra no se ha presentado en vivo, pero tienen pensado hacer una gira.
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